Se lo frustrante e agotador que puede ser.
Te acuestas pero no consigues dormir, tu mente se llena de una ensalada de pensamientos y preocupaciones que no consigues controlar.
Es posible que te enojes más rápido, que te sientas ansioso con más facilidad y no hablemos del proceso de envejecimiento acelerado, el espejo dice que estás más “maduro” de lo que gustarías.
Es típico sentirte sin energía durante el día y lo peor de todo es que debido al cansancio constante, el rendimiento laboral disminuye considerablemente.
Y todo se convierte en una bola de nieve: cuanta más ansiedad tienes por dormir y miedo de perder el trabajo, más difícil es conciliar el sueño.
Quizás el insomnio haya afectado todo lo que tienes: tu familia, tu trabajo e inclusive tu relacionamiento con Dios.
No te preocupes, la ayuda llegó.
En esta fase, realizaremos un análisis exhaustivo para identificar la causa del insomnio y cómo afecta el desempeño diario. También revisaremos los diagnósticos y medicamentos habituales (si los hubiera), evaluaremos los antecedentes familiares y las relaciones interpersonales, y analizaremos el estilo de vida, incluyendo la alimentación, la actividad física y el tipo de trabajo..
En esta etapa, profundizaremos en el estudio del cuerpo y los procesos que ocurren durante la noche. Aprenderás a reconocer tu tipo de insomnio y los pensamientos y actitudes que pueden estar impidiéndote dormir bien.
Te proporcionaré una serie de técnicas para cambiar conductas y malos hábitos relacionados con el sueño. Juntos crearemos una nueva rutina adaptada a tus responsabilidades, horarios y preferencias.
Descubrirás qué es TCC-I y aprenderás una serie de técnicas para manejar pensamientos ansiosos (pensamientos repetitivos, negativos), angustias, estrés y miedo. También reforzaremos la esperanza y la confianza en Dios, si es que esto es importante para ti.
En esta etapa, aprenderás técnicas de relajación, equilibrio hormonal, optimización del ambiente para dormir y el uso de dispositivos para dormir mejor.
Como médico que trabaja en un hospital, pasaba muchas noches sin dormir, lo que me dejaba cansado y somnoliento todo el tiempo. Incluso cuando tenía tiempo para dormir, no podía hacerlo. Como cristiano, oraba mucho pidiendo que Dios me ayudara a dormir, pero parecía que mis oraciones no eran escuchadas.
Empecé a perder la concentración y la paciencia, y a menudo me despertaba en medio de la noche sin poder volver a dormir. Mi cuerpo estaba cansado, pero mi mente no paraba. Tenía la teoría porque estaba terminando mi posgrado en Medicina del Estilo de Vida, pero no era suficiente.
Mi falta de sueño estaba empezando a afectar mi vida personal también. Un día, me enfurecí con mi hijo de 5 años por nada y me di cuenta de que este no era el padre que quería ser. Empecé a preocuparme por mi salud y mi carrera también. ¿Podría cometer un error fatal debido a mi somnolencia? ¿Qué sería de mi futuro si seguía viviendo así? Decidí poner un punto final a mi situación, me dije: Insomnio, Nunca Más. Me formé en terapía específica para el insomnio y estudié cómo enfermedades comunes producen insomnio así como algunos medicamentos.
Analicé la importancia del equilibrio hormonal, la suplementación de nutrientes y la influencia de la microbiota intestinal en el mejoramiento del sueño. Poniendo en práctica todo lo que sabía, empecé a dormir mejor y mejor. Ahora puedo decir que tengo un sueño reparador, tengo más paciencia, soy productivo, me siento con energía y con una mente clara. Pero eso no es todo, también sé por qué mis oraciones parecían no tener respuesta, mi dolor se convirtió en una bendición, hoy ayudo a personas que sufren de insomnio.